A. Regurgitación repetida de alimentos durante un período mínimo de un mes. Los alimentos regurgitados se pueden volver a masticar, a tragar o se escupen.
B. La regurgitación repetida no se puede atribuir a una afección gastrointestinal asociada u otra afección médica (p. ej., reflujo gastroesofágico, estenosis pilórica).
C. El trastorno de la conducta alimentaria no se produce exclusivamente en el curso de la anorexia nerviosa, la bulimia nerviosa, el trastorno de atracones o el trastorno de evitación/restricción de la ingesta de alimentos.
D. Si los síntomas se producen en el contexto de otro trastorno mental (p. ej., discapacidad intelectual [trastorno del desarrollo intelectual] u otro trastorno del neurodesarrollo), son suficiente-mente graves para justificar atención clínica adicional.
Especificar si:
En remisión: Después de haberse cumplido con anterioridad todos los criterios para el trastorno de rumiación, los criterios no se han cumplido durante un período continuado.
Prevalencia:
El trastorno de rumiación es muy poco frecuente y se observa más a menudo en varones que
en mujeres.
Desarrollo y curso:
El inicio de un trastorno de rumiación puede aparecer en el contexto de ciertos retrasos del desarrollo.
La edad de inicio se sitúa entre los 3 y los 12 meses de edad, excepto en sujetos con retraso
mental, en quienes el trastorno se puede iniciar en estadios del desarrollo algo posteriores.
En los niños el trastorno suele remitir espontáneamente. Sin embargo, en algunos casos graves el
curso es continuo.
Factores de riesgo y pronóstico
Ambientales. Los problemas psicosociales, como la falta de estimulación, la negligencia, las situaciones vitales estresantes y los problemas de relación entre padres e hijos, pueden ser factores predisponentes en los bebés y en los niños pequeños.
Comorbilidad
La regurgitación con rumiación asociada se puede presentar en el contexto de una afección médica concurrente u otro trastorno mental (p. ej., el trastorno de ansiedad generalizada). Cuando la regurgitación se produce en este contexto, el diagnóstico de trastorno de rumiación es apropiado solamente cuando la gravedad de la alteración excede lo habitualmente asociado a dichas afecciones o trastornos y justifica una atención médica adicional.
Diagnóstico diferencial:
En los niños, algunas anomalías congénitas (p. ej., estenosis pilórica o reflujo gastrointestinal)
u otras enfermedades médicas (p. ej., infecciones del aparato digestivo) provocan regurgitación
de alimentos y deben ser descartadas mediante la exploración física pertinente y las pruebas de laboratorio.
La rumiación puede distinguirse de los vómitos normales de la primera infancia por el
carácter aparentemente voluntario de la rumiación (p. ej., observación de movimientos preparatorios
característicos seguidos de regurgitación y movimientos de succión o masticación que parecen
resultar agradables). El trastorno de rumiación no se diagnostica si los síntomas aparecen exclusivamente en el transcurso de una anorexia nerviosa o una bulimia nerviosa.
El inicio de un trastorno de rumiación puede aparecer en el contexto de ciertos retrasos del desarrollo.
La edad de inicio se sitúa entre los 3 y los 12 meses de edad, excepto en sujetos con retraso
mental, en quienes el trastorno se puede iniciar en estadios del desarrollo algo posteriores.
En los niños el trastorno suele remitir espontáneamente. Sin embargo, en algunos casos graves el
curso es continuo.
Factores de riesgo y pronóstico
Ambientales. Los problemas psicosociales, como la falta de estimulación, la negligencia, las situaciones vitales estresantes y los problemas de relación entre padres e hijos, pueden ser factores predisponentes en los bebés y en los niños pequeños.
Comorbilidad
La regurgitación con rumiación asociada se puede presentar en el contexto de una afección médica concurrente u otro trastorno mental (p. ej., el trastorno de ansiedad generalizada). Cuando la regurgitación se produce en este contexto, el diagnóstico de trastorno de rumiación es apropiado solamente cuando la gravedad de la alteración excede lo habitualmente asociado a dichas afecciones o trastornos y justifica una atención médica adicional.
Diagnóstico diferencial:
En los niños, algunas anomalías congénitas (p. ej., estenosis pilórica o reflujo gastrointestinal)
u otras enfermedades médicas (p. ej., infecciones del aparato digestivo) provocan regurgitación
de alimentos y deben ser descartadas mediante la exploración física pertinente y las pruebas de laboratorio.
La rumiación puede distinguirse de los vómitos normales de la primera infancia por el
carácter aparentemente voluntario de la rumiación (p. ej., observación de movimientos preparatorios
característicos seguidos de regurgitación y movimientos de succión o masticación que parecen
resultar agradables). El trastorno de rumiación no se diagnostica si los síntomas aparecen exclusivamente en el transcurso de una anorexia nerviosa o una bulimia nerviosa.
Película: Hasta los huesos https://www.youtube.com/watch?v=dUCc9T91JXg
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