Características
diagnósticas
La característica esencial de este trastorno es el
miedo persistente y acusado a situaciones sociales o actuaciones en público por
temor a que resulten embarazosas (Criterio A). La exposición a estos estímulos
produce casi invariablemente una respuesta inmediata de ansiedad (Criterio B).
En la mayoría de las ocasiones las situaciones
sociales o actuaciones en público acaban convirtiéndose en motivo de evitación,
si bien otras veces el individuo puede soportarlas aunque experimentando sumo
terror (Criterio D).
Cuando el individuo con fobia social se encuentra en
las situaciones sociales o en las actuaciones en público temidas, experimenta
una preocupación constante por la posibilidad de que resulten embarazosas y
teme que los demás le vean como a un individuo ansioso, débil, «loco» o
estúpido.
Estos individuos pueden tener miedo de hablar en
público porque creen que los demás se darán cuenta de que su voz o sus manos
están temblando, o porque piensan que en cualquier momento les puede invadir
una extrema ansiedad al mantener una conversación por temor a no poder
articular correctamente las palabras.
Estudios
de laboratorio
Comparados con los que presentan un trastorno de
angustia, los individuos con fobia social tienen menos probabilidades de
padecer una crisis de angustia en respuesta a la perfusión de lactato sódico o
a la inhalación de dióxido de carbono. Estos hallazgos ayudan a diferenciar
ambas entidades, aunque no revisten la suficiente importancia como para
permitir por sí mismos establecer un diagnóstico diferencial definitivo.
Cultura
En algunas culturas los individuos con fobia social
pueden presentar un temor permanente y excesivo a ofender a los demás en las
situaciones sociales, en vez del habitual miedo a pasar apuros. Estos temores
adquieren a veces la forma de una extrema ansiedad por el hecho de que el enrojecimiento,
las miradas directas y los efluvios corporales puedan ser ofensivos para los
demás.
En los niños las fobias sociales pueden tomar forma
de lloros, tartamudez, parálisis, abrazos o aferramiento a familiares cercanos
y abstención de mantener relaciones con los demás hasta llegar incluso al
mutismo.
Los estudios epidemiológicos sugieren que la fobia
social es más frecuente en las mujeres; sin embargo, cuando se estudian
poblaciones clínicas, ambos sexos se muestran igualmente propensos, o bien se
constata que el trastorno incide más frecuentemente en los varones.
Prevalencia
Los estudios epidemiológicos han puesto de relieve
una prevalencia global para la fobia social que oscila entre el 3 y el 13 %. En
uno de estos trabajos el 20 % de los casos manifestaba un miedo excesivo a
hablar o actuar en público, pero sólo un 2 % aproximadamente parecía experimentar
suficiente malestar o afectación general como para poder asegurar que se
trataba de una fobia social.
Curso
Suele aparecer típicamente a mediados de la edad
adulta, a veces con el antecedente infantil de timidez o inhibición social.
Algunos individuos sitúan el inicio del cuadro al principio de la segunda
infancia. La aparición del trastorno puede seguir bruscamente a una experiencia
estresante o humillante, o bien puede hacerlo de forma lenta e insidiosa. El
curso de la fobia social acostumbra a ser crónico o continuo.
A veces la fobia social aparece por primera vez
cuando el individuo obtiene un ascenso en el trabajo que le obliga,
Diagnóstico
diferencial
El prototipo de trastorno de angustia con agorafobia
se caracteriza por crisis de angustia de aparición inesperada que dan lugar a
comportamientos de evitación de múltiples situaciones que se consideran
posibles desencadenantes. El miedo a que los demás presencien cómo uno mismo
sufre una crisis de angustia puede motivar la aparición de comportamientos de
evitación social en el trastorno de angustia,
Cuando aparece una de estas crisis, puede adquirir
la forma de crisis de angustia situacional o bien de crisis de angustia más o
menos relacionada con una situación determinada.
La evitación de situaciones sociales por temor a una
posible humillación constituye un rasgo muy prominente en las fobias sociales,
pero también aparece en ocasiones en el trastorno de angustia con agorafobia y
en la agorafobia sin historia de trastorno de angustia. La ansiedad social y el
comportamiento de evitación de estas situaciones constituyen características
asociadas a muchos otros trastornos mentales. La ansiedad que suscita actuar en
público, el terror a los escenarios y la timidez en reuniones sociales donde
participan personas que no pertenecen al ámbito familiar no deben calificarse
como fobia social a no ser que determinen un acusado deterioro de las
actividades del individuo o a un malestar clínico significativo.
Comorbilidad
DSM-V
Es a menudo comórbido con otros trastornos de
ansiedad, con el trastorno depresivo mayor y con los trastornos por consumo de
sustancias; la aparición del trastorno de ansiedad social, en general, precede
a la de los otros trastornos.
Las sustancias se pueden utilizar como
automedicación para los miedos sociales, pero los síntomas de la intoxicación o
de la abstinencia de sustancias, tales como el temblor, también pueden ser una
fuente de (aún más) miedo social.
Es comórbido con frecuencia con el trastorno
dismórfico corporal o el trastorno bipolar; por ejemplo, una persona tiene un
trastorno dismórfico corporal en relación con una ligera irregularidad de la
nariz y un trastorno de ansiedad social debido a un miedo intenso a parecer
poco inteligente.
Criterios
para el diagnóstico
Temor acusado y persistente por una o más situaciones
sociales o actuaciones en público en las que el sujeto se ve expuesto a
personas que no pertenecen al ámbito familiar o a la posible evaluación por
parte de los demás
La exposición a las situaciones sociales temidas
provoca casi invariablemente una respuesta inmediata de ansiedad, que puede tomar
la forma de una crisis de angustia situacional o más o menos relacionada con
una situación
El individuo reconoce que este temor es excesivo o
irracional.
Las situaciones sociales o actuaciones en público
temidas se evitan o bien se experimentan con ansiedad o malestar intensos.
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