Criterio
diagnóstico
A. Miedo o ansiedad intensa acerca de dos (o más) de las cinco situaciones siguientes:
1. Uso del transporte público (p. ej., automóviles, autobuses, trenes, barcos, aviones).
2. Estar en espacios abiertos (p. ej., zonas de estacionamiento, mercados, puentes).
3. Estar en sitios cerrados (p. ej., tiendas, teatros, cines).
4. Hacer cola o estar en medio de una multitud.
5. Estar fuera de casa solo.
B. El individuo teme o evita estas situaciones debido a la idea de que escapar podría ser difícil o podría no disponer de ayuda si aparecen síntomas tipo pánico u otros síntomas incapacitantes, o embarazosos (p. ej., miedo a caerse en las personas de edad avanzada, miedo a la incontinencia).
C. Las situaciones agorafóbicas casi siempre provocan miedo o ansiedad.
D. Las situaciones agorafóbicas se evitan activamente, requieren la presencia de un acompañante o se resisten con miedo o ansiedad intensa.
E. El miedo o la ansiedad es desproporcionado al peligro real que plantean las situaciones agorafóbicas y al contexto sociocultural.
F. El miedo, la ansiedad o la evitación es continuo, y dura típicamente seis o más meses.
G. El miedo, la ansiedad o la evitación causan malestar clínicamente significativo o deterioro en lo social, laboral u otras áreas importantes del funcionamiento.
H. Si existe otra afección médica (p. ej., enfermedad intestinal inflamatoria, enfermedad de Parkinson), el miedo, la ansiedad o la evitación es claramente excesiva.
I. El miedo, la ansiedad o la evitación no se explica mejor por los síntomas de otro trastorno mental; por ejemplo, los síntomas no se limitan a la fobia específica, tipo situacional; no implican únicamente situaciones sociales (como en el trastorno de ansiedad social); y no están exclusivamente relacionados con las obsesiones (como en el trastorno obsesivo-compulsivo), defectos o imperfecciones percibidos en el aspecto físico (como en el trastorno dismórfico corporal), recuerdo de sucesos traumáticos (como en el trastorno de estrés postraumático) o miedo a la separación (como en el trastorno de ansiedad por separación).
1. Uso del transporte público (p. ej., automóviles, autobuses, trenes, barcos, aviones).
2. Estar en espacios abiertos (p. ej., zonas de estacionamiento, mercados, puentes).
3. Estar en sitios cerrados (p. ej., tiendas, teatros, cines).
4. Hacer cola o estar en medio de una multitud.
5. Estar fuera de casa solo.
B. El individuo teme o evita estas situaciones debido a la idea de que escapar podría ser difícil o podría no disponer de ayuda si aparecen síntomas tipo pánico u otros síntomas incapacitantes, o embarazosos (p. ej., miedo a caerse en las personas de edad avanzada, miedo a la incontinencia).
C. Las situaciones agorafóbicas casi siempre provocan miedo o ansiedad.
D. Las situaciones agorafóbicas se evitan activamente, requieren la presencia de un acompañante o se resisten con miedo o ansiedad intensa.
E. El miedo o la ansiedad es desproporcionado al peligro real que plantean las situaciones agorafóbicas y al contexto sociocultural.
F. El miedo, la ansiedad o la evitación es continuo, y dura típicamente seis o más meses.
G. El miedo, la ansiedad o la evitación causan malestar clínicamente significativo o deterioro en lo social, laboral u otras áreas importantes del funcionamiento.
H. Si existe otra afección médica (p. ej., enfermedad intestinal inflamatoria, enfermedad de Parkinson), el miedo, la ansiedad o la evitación es claramente excesiva.
I. El miedo, la ansiedad o la evitación no se explica mejor por los síntomas de otro trastorno mental; por ejemplo, los síntomas no se limitan a la fobia específica, tipo situacional; no implican únicamente situaciones sociales (como en el trastorno de ansiedad social); y no están exclusivamente relacionados con las obsesiones (como en el trastorno obsesivo-compulsivo), defectos o imperfecciones percibidos en el aspecto físico (como en el trastorno dismórfico corporal), recuerdo de sucesos traumáticos (como en el trastorno de estrés postraumático) o miedo a la separación (como en el trastorno de ansiedad por separación).
Curso
El
porcentaje de personas con agorafobia que refieren ataques de pánico o
trastorno de pánico antes de la aparición de la agorafobia es del 30 % en las
muestras de la comunidad y de más del 50 % en las muestras clínicas. La mayoría
de los individuos con trastorno de pánico muestra signos de ansiedad y
agorafobia antes de la aparición del trastorno de pánico. En dos tercios de
todos los casos de agorafobia, la aparición inicial es anterior a los 35 años. La
edad media de inicio de los síntomas de agorafobia en la población general son
los 17 años, aunque la edad de inicio de la agorafobia sin ataques de pánico o
trastorno de pánico precedentes es 25-29 años. El curso de la agorafobia es
típicamente persistente y crónico. A menos que se trate, la remisión completa
de la agorafobia es rara (10 %). En los casos graves de agorafobia, las tasas
de plena remisión disminuyen, mientras que las tasas de recaída y cronicidad
aumentan. Una variedad de otros trastornos, en particular otros trastornos de
ansiedad, los trastornos depresivos, los trastornos por uso de sustancias y los
trastornos de la personalidad, pueden complicar el curso de la agorafobia. La
evolución a largo plazo y el pronóstico de la agorafobia se asocian con un
riesgo sustancialmente elevado de trastorno depresivo mayor secundario, de
trastorno depresivo persistente (distimia) y de trastorno por consumo de
sustancias. Las características clínicas de la agorafobia son relativamente
constantes durante toda la vida, aunque el tipo de situaciones agorafóbicas que
desencadenan el miedo, la ansiedad o la evitación, así como el tipo de
cogniciones, pueden variar. La baja prevalencia de la agorafobia en los niños
podría reflejar dificultades para expresar los síntomas y, por lo tanto, las
evaluaciones en los niños pequeños pueden requerir la obtención de información
a partir de múltiples fuentes, entre ellas los padres y los maestros. Los
adolescentes, en particular los varones, pueden estar menos dispuestos que los
adultos a expresar abiertamente los temores y la evitación de la agorafobia;
sin embargo, la agorafobia puede aparecer antes de la edad adulta y se debería
evaluar tanto en los niños como en los adolescentes. Las personas mayores
suelen citar los trastornos comórbidos con síntomas somáticos y las
alteraciones motoras. Como el motivo del miedo y la evitación. En estos casos
debe evaluarse con cuidado si el miedo y la evitación son desproporcionados en
relación al verdadero peligro involucrado.
Prevalencia
Cada
año, aproximadamente el 1,7 % de los adolescentes y de los adultos es
diagnosticado de agorafobia. Las mujeres tienen el doble de probabilidad que
los varones de experimentar agorafobia. La agorafobia puede ocurrir en la
infancia, pero la incidencia máxima se encuentra en la adolescencia tardía y en
la vida adulta temprana. La prevalencia anual en los individuos mayores de 65
arios es del 0,4 %. Las tasas de prevalencia no parecen variar sistemáticamente
en los diferentes grupos culturales o raciales.
Cultura
Los
patrones de trastornos comórbidos de las mujeres y de los varones son
distintos. De acuerdo con las diferencias de género en cuanto a prevalencia de
trastornos mentales, los varones tienen mayores tasas de comorbilidad con los
trastornos por consumo de sustancias.
Genéticos
y fisiológicos. La heredabilidad de la agorafobia es del 61 °/0. De las
diversas fobias, la agorafobia es la que tiene la asociación más intensa y
específica con el factor genético de propensión a las fobias.
La
agorafobia se asocia con una considerable deficiencia y discapacidad en lo que
se refiere a funcionalidad, productividad laboral y días de incapacidad. La
gravedad de la agorafobia es un fuerte determinante del grado de discapacidad,
independientemente de la presencia comórbida de un trastorno de pánico, ataques
de pánico y otros trastornos. Más de un tercio de los individuos con agorafobia
permanece completamente confinado en casa y no puede trabajar.
Diagnóstico diferencial
Cuando
se cumplen todos los criterios, se deberán asignar ambos diagnósticos, a menos
que el miedo, la ansiedad o la evitación de la agorafobia sean atribuibles al
otro trastorno. En algunos casos podría ser útil la ponderación de los
criterios y el juicio clínico. Fobia específica de tipo situacional. La
diferenciación con la agorafobia puede ser difícil en algunos casos, debido a
que estas afecciones comparten varios síntomas y criterios característicos.
Como método sólido para diferenciar la agorafobia de las fobias específicas se
debería exigir el temor a dos o más de las situaciones de agorafobia, en
particular en el subtipo situacional. Una característica diferenciadora
adicional es la cognición. Por lo tanto, si la situación se teme por razones
distintas a experimentar síntomas similares a la angustia u otros síntomas
incapacitantes o embarazosos, podría ser más apropiado un diagnóstico de fobia específica.
Trastorno de ansiedad social (fobia social). La agorafobia se debe distinguir
del trastorno de ansiedad social basándose principalmente en las situaciones
que desencadenan el miedo, la ansiedad o la evitación, y en la cognición. En el
trastorno de ansiedad social, la atención se centra en el miedo a ser evaluado
negativamente. Trastorno de pánico. No se debería diagnosticar la agorafobia
cuando se cumplen los criterios del trastorno de pánico y si las conductas de
evitación asociadas con los ataques de pánico no se extienden a la evitación de
dos o más situaciones de agorafobia. Trastorno de estrés agudo y trastorno de
estrés postraumático. El trastorno de estrés agudo y el trastorno de estrés
postraumático (TEPT) se pueden diferenciar de la agorafobia examinando si el
miedo, la ansiedad o la evitación se relacionan únicamente con las situaciones
que recuerdan al individuo un acontecimiento traumático. Si el miedo, la
ansiedad o la evitación se limitan a los recordatorios del trauma, y si el
comportamiento de evitación no se extiende a dos o más situaciones de
agorafobia, no estaría justificado un diagnóstico de agorafobia. Trastorno
depresivo mayor. Si la evitación no está relacionada con el temor a presentar
síntomas incapacitantes o embarazosos similares a la angustia, no se debería
diagnosticar una agorafobia. No se diagnosticaría agorafobia si la evitación de
las situaciones es consecuencia fisiológica de una afección médica. Los
trastornos neurodegenerativos con alteraciones motoras asociadas y los
trastornos cardiovasculares. Los individuos con ciertas afecciones médicas
pueden evitar ciertas situaciones debido a una preocupación realista por su
incapacidad o por sentir vergüenza. Se debería realizar un diagnóstico de
agorafobia sólo cuando el temor y la evitación sean claramente superiores a los
que, por lo general, se asocian a estas afecciones médicas.
Comorbilidad
La mayoría de los individuos que padecen agorafobia tiene también otros trastornos mentales. Los diagnósticos adicionales más frecuentes son otros trastornos de ansiedad (p. ej., fobias específicas, trastorno de pánico, trastorno de ansiedad social), trastornos depresivos (trastorno depresivo mayor), trastorno de estrés postraumático y trastorno por consumo de alcohol. Mientras que otros trastornos de ansiedad (p. ej., trastorno de ansiedad por separación, fobias específicas, trastorno de pánico) con frecuencia preceden a la aparición de la agorafobia, el trastorno depresivo y los trastornos por consumo de sustancias suelen ocurrir de forma secundaria a la agorafobia.
Pelicula: Amelie http://pelisplus.co/pelicula/amelie/
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